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viernes, 21 de mayo de 2010

Viaje al deseo de falda roja


Nada tenía que ver el aroma a café que iba tapando con el vapor horas huecas. Ni cómo pasaba la gente, fugaz, por la acera deslizándose como un film.

Una falda roja penetró en el local asfixiando los deseos con perfume indefinido. Fui catando en el aire con el olfato más fino… y en él se desataba el jazmín con alguna madera recia.

(¿Por qué una falda roja? Así la identificaste.
Era la única y el rojo avasalla, lo sabes.)

No se sentó. Se paró en la barra desnuda y es así cuando empecé a recorrer la espalda de un verde que dilataba la mirada. Volví a la falda roja para dispersar el letargo esmeralda y detallar en la mente los más mínimos fragmentos de las formas.

De repente y tomándome de sorpresa, la nuca castaña dio paso al rosto.

(Seguramente intuía un estudio prolongado sobre ella y es así como dos almendras se clavaron en mi desconcierto.)

Me había pillado y no sabía qué hacer. De todas formas los ojos no cedieron y se quedaron aferrados al ámbar oscuro.

La mañana se hizo reto. Un reloj interior marcaba los segundo prorrogando la acción. Era urgente posponer todo lo que acontecía y mantenerse ahí acotando los planos reales.

Es así como el reloj de la muñeca se paró a las 11 y la materia se disgregó rompiendo la barrera sólida del aire y lo palpable. Las manos se hicieron espaciales y el mundo de los sentidos se iba ajustando a la nueva perspectiva corporal.

Los elementos se unieron… irrefrenables. Su hambre y mi hambre yo no eran soledad ambulatoria. Un conjuro sin reglas con sonidos espectrales fue creando un cuerpo único, radical. Y en la libertad de movimientos tañendo la inexistencia, un ritual infiltraba con concupiscencia todos los anhelos.

Íbamos dejando la vida. Nos dejamos llevar… Y en la agonía de la pasión reapareció el café con su aroma imperturbable.

La falda roja se encaminó a la puerta. Ella giró la cabeza y volvió a cruzar una mirada cómplice.

(Ahora que me estoy contando esto… me sorprende lo fácil que es transitar la vida sin consignas establecidas.)